"Tengo el corazon contento, el corazon contento, lleno de alegria...."

Ahora sí hablaré en castellano. La verdad es que después de nubes negras y uno que otro tornado en el caribe del pecho mío, las cosas parecen estabilizarse y la corriente me esta llevando a aguas calmas, y la gran culpable es mi actual enamorada.

Estoy feliz y más que feliz, estoy tranquilo. Pensé que la vuelta a la soledad (después de todo lo que han podido leer en mis post anteriores y después de lo que no han podido leer porque no he publicado pero que pueden imaginar) me iba a hacer bien y de hecho me estaba sentando bien, pero como uno no manda en esas cosas del late late chocolate, terminé sin querer queriendo al lado de una persona que aporta dos de azúcar adicionales a esa taza cada día menos tibia. Digo “sin querer” porque en verdad yo había decidido andar solo por un muy buen tiempo y ya me estaba haciendo la idea de no involucrarme (seriamente) con alguien; y digo “queriendo” porque las cosas que sucedieron con esta personita bien que en fondo quería que sucedan (y yo, haciéndome el webas).

Esta vez no quiero cagarla y evidentemente no quiero estar en el lado del cagado tampoco. Se me acusa de ser de esos patas que se emocionan al toque en cada relación que tienen (por no decir con cada chica que se cruce seriamente en su camino). En mi defensa he de decir que si bien admito mi defecto, también soy culpable de aprender de los K.O’s que te da la vida (aunque no crean, sí se aprende eh). Por eso, estoy tomando las cosas tranquilamente. Es inevitable alguna que otra expectativa envuelta en nubecitas (hasta ya estoy haciendo planes mentales para año nuevo jajaja), pero creo tener los pies suficientemente sobre la tierra ahora más que nunca: ELLA me gusta un culo y me recontra importa mucho más de lo que creía, así que si quiero que esto vaya derechito por el camino fresa, debo dejar que las cosas fluyan por si mismas. Total, una de las mejores cosas entre ELLA y yo es que ambos podemos desenvolvernos tal cual somos, que es algo que justamente (creo) nos hizo gustarnos uno al otro.

¿Durará o no durará? ¿Me quiere o no me quiere? ¿Izquierda o Derecha? ¿Pelé o Maradona? (ok, esto ultimo ignórenlo) Ya no quiero pensar más. Mi abuelo decía: “La vida o la vives o te la cuentan” y esta vez he decidido no sólo vivirla, sino vivirla bien (y con ELLA).